El señor de vientos, cansado de desbaratar
se fue a su lecho de corrientes.
El After había cerrado ya.
A la luna le dio por amanecer a las siete de
la tarde.
Me atrapó y sorbió mis huesos, o al menos
me lo pareció.
Sus compañeras, las nubes, la filtran colores
entre rojizo y azul, o al menos me lo pareció.
Con un velo bicolor que resaltó el glamour de
ese satélite de amor.
Maldije los días y noches de roscas pasadas,
la imbecilidad etílica, las aspiraciones de
lavabos y el junkie que un día habitó mi morada.
Y es que ella me regala una sesión hipnótica
de regresión.
Se asoma en lo alto con su terápia de dudoso
gusto.
¿A quién le gusta un bálsamo de errores sin hechos?
¿A quién le gusta el influjo en que asoman afiladas
rocas?
Pese a todo, admiro esa piedra que circunvala
este lugar en el que sobrevivimos un día sí y otro
también.
ⒸPerePussa
Foto. EUROXPRESS (Ciencia)
http://pussydelias.blogspot.com.es/2014/02/plenilunio.html?zx=b91b3e4f2ab72fd2